Ya había recorrido Barichara a sol y sombra, desde los miradores del cañón hasta el río al ladito del polideportivo donde entrenaban los estudiantes a grito pelado. Así es que hoy iría a SAN GIL en el bus de primera hora y de allí al parque y las cascadas. A este mamarracho de conductor no le da la gana de llevarnos hasta la Terminal de autobuses como es su deber, dice que tiene una urgencia y nos deja plantados. Un taxi “oportuno” salva la situación. La Terminal es bastante nueva y organizada, entonces aprovecho para comprar el billete para mañana temprano, es un decir, a TUNJA. “Es el autobús que viene de Bogotá, así es que no sabemos exactamente cuando llega, no antes de las 8 y media, claro.” Pero no anticipemos, eso será mañana. Ya veremos. Desciendo la cuesta hasta el río FONCE bajo un sol implacable preludio de lluvias torrenciales, como ayer después del almuerzo. Busco el PARQUE GALLINERAL, nombre curioso este y ya andaba yo imaginando locas gallinas cacareando y sal
y SEGUIMOS EN LAS MISMAS! Tampoco este puedo compartirlo. Las vacas, prohibidas!
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